Al solicitarla la Real Academia de Gastronomía remití ésta: “1.Ciencia del buen comer. 2. Conjunto de conocimientos, artes y experiencias que, en relación con la producción, preparación e ingestión de comidas y bebidas, procuran la bondad de su sabor, digestión y disfrute”.
Definición que, a la postre, no pasará a la historia porque otros, más sabios y acertados que yo, supieron hacerlo mejor. ¿Mejor o solo diferente? ¿No es más cierto que cada uno puede escribir su gusto como quiera? Ahí, en el aire, queda la cuestión.
En cualquier caso, alrededor del mundo y al retortero de esta actividad culinaria, se ha producido una auténtica revolución, un baremagnum. La gastronomía está de moda. A ello han contribuido decididamente los medios y, sobre todo, la televisión, con docenas de programas que giran en torno a ella. Pero antes de que la TV le cayera encima, ya los blogs, tuiters, facebook, etc. andaban batiendo este huevo. La gastronomía se ha convertido en la segunda afición patria tras el fútbol, concitando el interés de un inusitado número de aficionados, bárbaramente llamados foodies, que son auténticos fans de los cocineros, convertidos así en famosos y estrellas. Y una buena retahíla de asiduos visitadores de bares, neotabernas, gastrobares y restaurantes, se mueren por sus sapiencias y por contarlas, a los amigos como temazo de conversación y cháchara.
La gastronomía, que se centra, pretende y gira en torno al disfrute sensorial y placentero del hecho de comer y beber bien, también debe cuidar que sea buena, sana y nutritiva comida, atendiendo así a la cuestión alimenticia, cuyas carencias y/o excesos tan graves problemas ocasiona a la humanidad. Este aglomerado de modalidades relacionadas con el hecho gastronómico conforma un sector económico de gran importancia que contribuye grandemente a la mejora del bienestar general y del producto interior bruto, poniendo su granote de arena en la salida de esta dichosa crisis que vivimos.
La Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo tiene como fines primordiales el dar razón, criterio y esplendor a la gastronomía andaluza en su conjunto como hecho cultural, económico y social que es, tratando de contribuir a su mayor y cabal conocimiento, mejora y progreso con los medios a su alcance.
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