A juzgar por el estudio que organismos públicos han hecho en Granada, la tapa ahora es el origen de los males de la restauración de la capital granadina. Y no me queda más remedio que decir que, si en la tapa nacieron y se expandieron los errores que han llevado a plantearse la realización de este texto, es que NO hemos (han) entendido de qué va este sector.

Que en Granada con dos tapas has comido es cierto, pero siempre y cuando hablemos ese bocadillo escuálido en el que el mal pan es el protagonista. La historia cambia, y para mucho mejor, cuando sobre la barra se posan bocados excelsos como una rebanada de lomo a la sal con tomate seco o un panecillo jugoso de salmorejo, pistachos, miel D.O.P Granada y lomo ibérico.

Y ese cambio no significa sólo que detrás de estos obsequios culinarios hay grandes profesionales interesados en conquistarte, sino que en tras cada uno de estos bocados nace la inquietud de pasar de lleno a la sala para probar la cocina elaborada, donde realmente están los problemas a solucionar y analizar, señores.

En una ciudad como Granada, con ocho D.O.P, con la Costa Tropical a menos de 100 km, con una vega rica y zonas de montaña llenas de caza, el bacalao sigue siendo el rey de los pescados en la mayoría de las cartas y el cordero mozárabe o las chuletillas las estrellas de este baile de comandas.

Esto, de verdad, ¿no resulta preocupante? Aunque tenemos cocineros, restauradores, sumilleres y gestores competentes, hemos abusado de la tradición sin rumbo, sin timonel que maneje el barco.

¿No sería mejor empezar (como ya están haciendo unos poquitos) a apostar por los productos de la tierra, pero en serio, y así conquistar no sólo a los turistas, sino a los propios granadinos que reclaman a gritos que la restauración asuma su papel? ¿No sería mejor no hacer saltos mortales para apostar por la CALIDAD ?

¡Ah!, y de paso, restauradores granadinos, continuemos trabajando en la sala, sin buenos profesionales de este oficio nunca tendremos una restauración de calidad. La «mala follá» granaína está muy bien para nosotros, los de casa, pero el que viene de fuera, créanme, no la entiende.

2 Comentarios

Los comentarios están cerrados.

  1. Antonio 8 años

    .

  2. Pablo Armando 7 años

    Después de leer estas lineas dedicadas a la tapa , donde hay mucho de cierto pero también hay mucho más que te dejas por contar.
    El tema del Bacalao y el cordero lo dejaremos a un lado porque eso se atribuye a otro tipo de casos históricos.
    En Granada de unos años a esta parte hay gente que esta apostando por el producto local, lo cual encarece bastante sus precios y los hace ser muchísimo menos competitivos , sin dar mucha importancia a las piruetas que han de hacer para pagar nominas y poder salir adelante.
    El problema de esto es que la gente de Granada no esta dispuesta a pagar ese precio por esa cocina y sin entrar en restaurantes gastronómicos , una persona de granada no lo entiende.
    Pero luego cuando vienen aquí a MAdrid si les mola irse hacer la foto en la puerta del marido de la Pedroche porque no se saben ni el nombre , eso es populismo Gastronómico .

    En Granada siempre se ha sido de ir a cuatro establecimientos históricos de los de la restauración antigua y oiga que lo hacen muy bien , pero por ejemplo eso de decir que he estado comiendo en el restaurante de » Perico » que es donde va el alcalde y tal nos mola nos la pone muy dura a los granadinos y pagar 20€ por persona por un arroz de bogavante de ese que compran ya cocido en ciertos restaurantes de postin , pero pagar 50 € por un menú de 8 platos en el restaurante de un chaval nuevo eso no nos gusta tanto, lo tiramos por los suelos equiparando «quien se habra creido las Ruta» o «este flipado con los del top chef» cosas asi.

    Yo soy de Graná y para mi de los lugares donde he cocinado en España es la plaza más complicada de torear y todo por el populismo gastronómico y la tapa

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